El automóvil es el medio más contaminante en ambientes urbanos por viajero transportado, este hecho se debe fundamentalmente a la baja ocupación de los vehículos en estos trayectos donde la media de ocupantes según datos del Instituto Español para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE) es de 1,2 por trayecto.
Otra causa que se une a la baja ocupación, provocando éstas mayores emisiones de gases de efecto invernadero, es la dependencia actual de los automóviles de los derivados del petróleo (gasoil y gasolina) frente a otros combustibles que utilizan los transportes públicos como el gas natural en el caso de muchos autobuses urbanos, o la electricidad en el caso de modos ferroviarios como metro, tranvía y trenes metropolitanos, e incluso de algunos autobuses de líneas que circulan por los centros urbanos como el proyecto que se está implantando en la ciudad canadiense de Quebec. Esta electricidad, en muchos casos, aprovecha la generación a partir de fuentes renovables reduciendo notablemente las emisiones de dióxido de carbono, como ocurre con los ferrocarriles de algunos países como Dinamarca que utilizan de forma preferente electricidad de origen eólico.
Estos factores provocan que las emisiones medias de un vehículo urbano, con mayor número de paradas y una mayor utilización de marchas cortas sean superiores a los 160 gramos de CO2 para transportar un kilómetro a una persona, mientras que en el caso del transporte público estas emisiones oscilan entre un nivel máximo de 51 gramos de CO2 de un autobús urbano convencional y los 27 de un tren metropolitano medio por viajero transportado en un kilómetro, según datos de Eurostat y del Departamento Británico de Medio Ambiente (DEFRA).
Una persona que se desplace diariamente en coche a su trabajo en una gran urbe realizando una media de 20 kilómetros diarios generará unas emisiones de más de 700 kilogramos a lo largo del año, si en cambio esta misma persona se desplaza en transporte público emitiría una cifra de emisiones de CO2 cercana a los 100 kg, realizando 7 veces menos emisiones.
La reducción de las emisiones tanto de CO2 como de otros contaminantes locales atmosféricos pasa por lareducción de los automóviles en las ciudades, mediante la promoción del transporte público y un uso más responsable del automóvil, como el coche compartido, o medidas de racionalización como los cánones de acceso y aparcamiento en los centros urbanos como los implantados en Londres o en Estocolmo, favoreciendo además a los automóviles menos contaminantes.
En este sentido Internet es un gran aliado para aquellos que estén interesados en el carpooling (compartir coche entre varios usuarios), multitud de webs nos permiten localizar en nuestra ciudad a otros usuarios que realizan rutas similares a la nuestra y que están dispuestos a compartir su vehiculo, reduciendo gastos y minimizando el impacto negativo sobre las emisiones contaminantes del uso del automóvil.
Integrantes
Judith Nallely Escamilla
Devi Góngora
Rubí Zamarrón
Montserrat Martínez
Laura Merchant
Gaby Romero
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