jueves, 10 de mayo de 2012

El paraíso en peligro!

A casi menos de dos horas de Los Cabos, en Baja California Sur, se ubica Cabo Pulmo. Se trata del arrecife coralino que tiene la ubicación más septentrional en el Pacífico Este y es, actualmente, uno de los de mayor cobertura de corales en el Golfo de California.

Es hábitat permanente y temporal de una rica variedad de especies de peces, crustáceos, moluscos, quelonios, aves y mamíferos marinos; muchos de ellos bajo alguna categoría de protección ambiental en riesgo, de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2001. El arrecife tiene una productividad biológica cinco veces mayor que el promedio de los arrecifes en el Golfo de California y posiblemente que cualquier otro en México.

Debido a su antigüedad y gran importancia biológica, en 1995 fue decretado Área Natural Protegida en su categoría de Parque Nacional Marino y en 2008 se le inscribió como sitio Ramsar, para reconocer la importancia mundial de este humedal.

Cabo Pulmo es un caso muy inusual en el que una comunidad eligió, por sí misma, dejar de pescar y en su lugar proteger los ecosistemas y el ambiente del área. Desde 1995, la recuperación del arrecife ha sido un caso de éxito a nivel internacional. Ahora todo este esfuerzo y ejemplo mundial están en riesgo…

En 2008, la empresa Hansa Urbana presentó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), con el fin de obtener la autorización para construir y operar el proyecto denominado Cabo Cortés, en una zona aledaña a Cabo Pulmo. La MIA, que debería considerar todos los posibles impactos el parque marino resultó un documento deficiente y que omitía detalles importantes que pondrían en riesgo al arrecife, dunas costeras y biodiversidad de la región. Así lo confirmaron distintas áreas de la autoridad ambiental en sus opiniones técnicas, las cuales no fueron tomadas en cuenta por la Semarnat. Aun así la Semarnat lo aprobó.

En enero del 2011 la Semarnat modificó el permiso otorgado a Cabo Cortés en el que se permite a Hansa ocupar una extensión superior a 3,800 hectáreas para construir una marina de 490 amarres, instalada sobre las dunas costeras, 27 mil habitaciones y dos campos de golf, entre más infraestructura. Es decir, una capacidad habitacional casi igual a la de Cancún, en una zona semidesértica que históricamente ha sido de muy baja densidad poblacional.

Semarnat ignoró la opinión de científicos, la fuerte oposición de la comunidad de Cabo Pulmo, así como los argumentos presentados por la coalición “Cabo Pulmo Vivo”, que integra a individuos, académicos y organizaciones de la sociedad civil. Además, no tomó en cuenta la disponibilidad de agua de la región y los criterios del Plan de Ordenamiento Ecológico de Los Cabos.

El riesgo principal para el arrecife de Cabo Pulmo es el arrastre de contaminantes, sedimentos del dragado de la marina, aceites de las embarcaciones, salmueras de la desaladora, aguas residuales; especialmente en las épocas del año cuando las corrientes van del norte al sur. Todo esto impactaría directamente en la gran biodiversidad conservada y recuperada en 15 años de trabajo.

Cabo Cortés no es un proyecto necesario para desarrollar económicamente a la Baja California Sur. Es más importante fortalecer los destinos turísticos existentes, como Los Cabos, La Paz y Loreto, que no han logrado salir de la crisis económica y continúan con una ocupación turística muy por debajo de su capacidad.


Integrantes
Judith Nallely Escamilla
Devi Góngora
Rubí Zamarrón
Montserrat Martínez
Laura Merchant
Gaby Romero

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