EL CHICLE
¿Quién no ha probado los chicles? Apuesto que todos, pero permítanme contarles
algunos datos sobre la goma de mascar y claro está que es una de las muchas
formas de contaminación a nuestro planeta y algunos de nosotros lo ignoramos
sin tomar en cuenta ese enorme daño que le estamos causando; es como si fueras
padre de familia y le estuvieras haciendo daño a tus propios hijos y no te
importara, bueno aquí sucede lo mismo porque nuestro planeta es considerado un
ser vivo y nosotros estamos atentando en su contra como agradecimiento de los
beneficios que nos brinda… ¡¿Que bonita forma de agradecerle verdad?! Vergüenza
nos debería de dar.
¿Sabías que el chicle no es más que un plástico? Así es, este pequeño y
delicioso amiguito de diferentes colores, tamaños y sabores está fabricado con
un compuesto llamado acetato polivinílico, pero no siempre fue así ya que en la
antigüedad los chicles estaban compuestos de la sabia de un árbol llamada
“Manikara Zapota”, la cual crece en las selvas tropicales de América.
Además, se cree que el inventor del chicle fue nada mas y nada menos que
Antonio López de Santa Anna, quien fuere presidente de México 11 veces en
conjunto con Thomas Adams.
Bueno ahora si vamos a lo mero bueno, ¿El chicle contamina al planeta?
Un día me puse a pensar qué ocurre si
escupes un chicle al suelo, ¿Cuánto tarda en descomponerse? y si lo hace, ¿Quedará
algo de éste pasando el tiempo?
Estamos acostumbrados a ver esos
manchones negros de chicles requetepisados en nuestras calles y aceras, que ya
hasta nos son familiares. En Londres por ejemplo en la Oxford Street , la
principal calle comercial de la capital, existen unas 300,000 de esas manchas
redondas tan decorativas a nuestros gustos.
Lo que me interesa saber es si esos
chicles ennegrecidos acaban descomponiéndose o si quedan ahí para la eternidad,
a no ser que alguien se dedique a rasparlos, lo cual es una tarea bastante tediosa
y desagradable.
Somos casi 6.500 millones de habitantes en este planeta y el número sigue creciendo ya que hay un aumento
poblacional de 210,000 personas por día. Lo difícil es que producimos 1 kg de basura diaria, por lo
que en un día se generan alrededor del mundo 6,500 toneladas de desechos en tan
sólo un día. De éstos un amplio número de residuos no son biodegradables y el
tiempo que transcurre hasta que podemos hablar de una descomposición al menos
parcial puede ser muy prolongado, además de que muchas veces los residuos son
altamente contaminantes. ¿Logras darte cuenta del problemón en el que estamos
metidos? Y aún así lamentablemente continuamos cruzados de brazos.
Realizando investigaciones encontré que en 5 años, un trozo de chicle
masticado se convierte por acción del oxígeno en un material súper duro que
luego, con el paso de todavía más tiempo éste empieza a resquebrajarse hasta
desaparecer. El chicle es una mezcla de gomas de resinas naturales, sintéticas,
azúcar, aromatizantes y colorantes. Degradado casi no deja rastro.
Hagamos un poco de conciencia sobre este
producto que solamente daña no solo al ambiente sino también nuestros dientes,
pues no nos trae beneficios en lo absoluto. ¿Acaso es necesario formar una
brigada “quitachicles” como lo hicieron en Granada-España? Somos millones las
personas que consumimos este producto y al menos la mitad arroja los chicles a
la calle, los pega bajo las mesas, etc. Además del esfuerzo por quitar estos,
qué desagradable sería tener que estar quitando los chicles de otras personas.
Bueno pues cierto es que
desaparecen, pero 5 años son muchos ¿No crees? ¿Qué estamos esperando para
cambiar esto? ¿Acaso piensas que el gobierno o alguna otra institución o
sociedad pagará para mandar quitar estas gomas pegadas en el suelo? ¿Por qué no
corregimos estos hábitos? ¿Qué tan difícil es o qué tan difícil lo estamos
haciendo nosotros?
EQUIPO:
ZULEMA A. AGUILAR
BRENDA V. GAONA
DIANA E. ARRIAGA
ZAASHIL I. SALAZAR
ALEJANDRA P. GONZALEZ
LINDA SOFIA LOPEZ
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